miércoles, 25 de abril de 2012

UNA NIÑA ENCIENDE LAS ALARMAS EN UN AEROPUERTO DE EE. UU. POR NEGARSE A QUE LA CACHEEN


Tras cachear en Chicago a un niño de 3 años que viajaba en silla de ruedas con una pierna enyesada, la Administración de Seguridad en el Transporte de EE. UU. (TSA, según sus siglas en inglés) no bajó la guardia en su lucha contra el terrorismo y detuvo en el aeropuerto de Wichita, en Kansas, a una niña 'sospechosa' de 4 años.
Michelle Brademeyer pasaba por los controles de seguridad con su madre y su pequeña hija, Isabella. Cuando a la señora la hicieron someterse al cacheo, su nieta se acercó y la abrazó. En ese momento, la TSA supuso que la abuela podría haber pasado un arma a la niña y le ordenó también pasar el cacheo.
En respuesta a la negativa de la niña ("yo no quiero"), la TSA pasó a contemplar a Isabel como "gran amenaza para la seguridad" -según la madre- y dijo que cerrarían el aeropuerto si se movía.
Después la niña fue trasladada a una sala donde intentaron que dejara de llorar. Como Isabel no pudo tranquilizarse de inmediato, los agentes pidieron refuerzos argumentando que "la sospechosa se negó a cooperar".
Una vez tranquilizada y cacheada la niña, les permitieron subir al vuelo.
Mientras la familia afectada y los defensores de derechos humanos expresaron su indignación ante tales medidas exageradas de seguridad, la TSA no piensa disculparse. "La TSA ha revisado el incidente y ha determinado que los oficiales siguieron los procedimientos adecuados para llevar a cabo un cacheo a la niña", reza el comunicado oficial.